El columpio, el chicle, el telemando o control remoto y la máscara, 4 objetos de suma conexión con el ser de hoy. La otredad, el hacerse otro a través de una máscara que comúnmente es percibida como algo que te protege del mundo, de lo otro, asilándote, al tiempo que te hace de ellos, de los otros.
El telemando, icono de nuestra zapping-society, del palimpsesto Microsoft Word, y de “nicknames” msn. Del poder de algo fuera de nosotros, de necesidades y deseos zapping, de huidas y afanes simbólicos. El chicle y su bomba, la cápsula a nuestro antojo, el globo de nuestro logo. La capacidad de desconexión, de oídos sordos y de ojos ciegos donde el pez sigue siendo el ultimo en notar el agua.
El columpio, un pseudo desprendimiento en “die cast”, de derivar asidos. Donde nos asomamos al riesgo y retornamos a nosotros, afanes de paranoico-seguridades. Estos conceptos los inoculamos en las personalidades
Objetos de la vida cotidiana que pueden servir como disparadores de historias.
Máscara: Es ese objeto que hace permite la existencia de incontables identidades palimpsesto que se deben adoptar para sobrevivir dentro de toda sociedad. El disimulo, el simulacro y la emulación.
Control remoto: Le da al usuario la capacidad de controlar los canales y manipular la situación al ver televisión. El usuario adquiere el poder sobre la situación. 
Columpio: El movimiento pendular del columpio nos parece interesante por su capacidad de sacarnos a otro mundo sin perder la sujección al nuestro. Algo así como salir de nuestro mundo y volver sucesivamente; esto se conecta directamente con el qué hacer diario donde entramos y salimos de esferas que no pertenecen a nuestro mundo cotidiano pero aún así le construyen.
Chicle: Puede tener innumerables usos y significaciones. Ayuda a la exageración de nuestros gestos faciales, punto importante en nuestras relaciones con los otros; en ocasiones, puede funcionar como un elemento que refuerza nuestras ganas de mostrarnos indiferentes a alguna situación o simplemente, puede funcionar como elemento distractor y disipador de nervios. Igualmente, puede funcionar como un elemento que te saque de la realidad, dejandote volar ayudado e un gran globo en tu boca. También es símbolo de rebeldía
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